domingo, 29 de marzo de 2020

PANDEMICS AND THE CATHOLIC CHURCH.


PANDEMICS AND THE CATHOLIC  CHURCH.
 There is no institution in the world so unworthy of anxiety as the Catholic Church. The Church has survived every kind of disaster, upheaval, and war, and continues to perform its work all the same. While many churches have closed their doors, Masses are still said by the priests, communion is distributed, and the Sacraments are performed without as much ceremony. But the Church abides. 
The Church has a long history of surviving. Disease, war, dictatorship, even heresy within its own ranks. This is attributed to the promise of Christ in Matthew, 16:18, that hell will not prevail against the Church. 
In our modern era of vaccines, sanitation, and medicine, few people appreciate the serious threat posed by disease. Until quite recently, pandemics were an artifact of earlier times, a thing our ancestors struggled with, but we no more. Even recent declarations of pandemics seem academic and unreal. Until now, pandemic disease has inconvenienced very few of us. 
But disease is a major force in shaping human history. And despite our modern ways, a well-adapted disease with just the right properties of contagiousness and virulence, can rip and burn through our population despite our best precautions. That's what we are seeing now with COVID-19. It should be a lesson in humility for us. 
The Church's history fighting disease dates back at least to the late 6th century. In the year 590, a plague swept through Rome, and Pope St. Gregory the Great and others processed through the streets in prayer, carrying an image of Mary. According to legend, St. Michael the Archangel appeared at the top of the ancient building that is now the Castel San't Angelo. The plague was dispelled and in thanksgiving, the Pope had a statue of St. Michael made and placed atop the castle. 
Later, during the Medieval period, the Church established the first hospitals. The existence of places to care for the sick dates back to ancient times, but the first dedicated, permanent hospitals were established by St. Benedict of Nursia around 529 AD. In the year 1099, the Knights Hospitaller established a hospital for pilgrims to the Holy Land. Today that order remains involved in care for the sick and is known as the Knights of Malta. The creation of hospitals as places where the sick could receive dedicated care was a compassionate revolution. However, as well-intentioned as hospitals were, the people of the time lacked all knowledge of germs. Patients often shared oversize beds, which could result in the easy transmission of disease. 
During the Black Plague, the Church found itself on the front lines of the pandemic. The plague swept through Europe between 1347-1354 AD and killed up to half the continent's population, although the impacts varied by location. Some places saw few deaths while others were entirely wiped out. 
The clergy's record during the plague was mixed. Most clergy helped tend to the sick and dying, and as a result many became ill and died themselves. Coughing patients could kill their caregivers in as little as 24 hours when the bacteria settled in the lungs. A few clergy abandoned their flocks and fled urban areas for rural places where they believed they would be safer. This wasn't always the case, since the disease was broadcast by fleas carried by rodents. 
Meanwhile, the Pope Clement VI believed the disease to be carried by a manifestation of Satan in the form of black cats. He ordered the destruction of all black cats. However, zealous Christians set about killing all the cats they could find. The problem was that cats ate rodents, the chief vectors for the plague. 
Some people attempted to appease what they saw as God's wrath with public penance. Groups of people called Flagellants would walk in processions through towns, whipping themselves bloody. The Church found the practice offensive and declared the Flagellants heretics. 
In more recent times, the Church developed hospitals and many religious have served in them, right up to the present day. In 1918, churches were closed in response to the Spanish Flu pandemic. That outbreak would kill some 50 million people around the world, many millions more more than the preceding four years of combat in WWI combined. 
Despite the danger, uncounted numbers of religious went to work around the clock to tend to the ill in Catholic hospitals, monasteries, and makeshift centers. Eventually, the disease burned itself out, but not before taking a toll on the Church's clergy and religious. 
Today, the Church is responding to the COVID-19. Its hospitals are working. Churches are closed in some places, yet priests, deacons and ministers are out distributing Communion and Sacraments. 
The ultimate impact of COVID-19 remains to be seen. But one thing is known. The Catholic Church will continue to serve the world until the end of days, no matter what comes. (from Los Angeles times).

jueves, 26 de marzo de 2020

LOS VALORES HUMANOS Y EL MAL.



LOS VALORES HUMANOS Y EL MAL.
Si se tratara de definir los valores, podemos decir que son características de las que  gozan las personas de buena voluntad y que enriquecen su vida, que el vivirlos le hace mejor, como persona, y como ser que pertenece a la raza humana. Por lo que es justo hablar de valores sociales, cuando se dan en un grupo humano, pero tenemos que medir dichos valores de acuerdo a criterios que provienen de las costumbres, la cultura, la religión, daré un ejemplo. En algunos lugares el robar una gallina para alimentar a hijos con hambre merece, en justicia, perdón; y el mismo, acto en otra cultura realiza la justicia, cortándole la mano al infractor. Vaya diferencia. La principal característica de los valores nuestros está en que se fundamentan en el amor a Dios y al prójimo, y que buscan la armonía en la vida entre nosotros y nos preparan para la trascendente. El vivir los valores tradicionales humanos, significa una vida social mejor, mas rica en sus relaciones con Dios y entre los seres humanos, y entre las naciones.  

 LOS VALORES.
Cuando hablamos de valores humanos, debemos considerar que estos no son algo como asuntos que se encuentren en departamentos estancos, sino que forman un sistema en el que están concatenados unos a otros, como ejemplo tomemos: la justicia, el amor, la humildad, el respeto, la alegría, la felicidad, la prudencia,  la caridad, los principios de solidaridad y subsidiaridad, la paciencia, la templanza, la diligencia, etc. estos se dan en todas las personas de buena voluntad además de muchos otros que se irán mencionando, no es necesario dar explicaciones de como se relacionan entre si, y para evitar múltiples repeticiones, eso de momento los dejamos de lado. Como se observa no son ajenos unos a otros, sino que se da cierta conexión entre ellos, son parte de nuestra personalidad individual, así vemos en las otras personas que algunos destacan mas que otros, a ejemplo se pueden mencionar algunos de estos, como son tantos no se consideren estas menciones sino parciales: amar, poseer, valorar,  vivir, difundir, enseñar, practicar y para entenderlos mejor, se pueden calificar. Se trata de  vivirlos todos, por lo que no debemos  excluir algunos y solo practicar otros, los valores como las virtudes, y por ello se les califica como un todo, como un sistema, se deben de considerar en su conjunto. La persona que vive los valores, los incluye a todos, a eso le llamamos vivir  adecuadamente, practicar obras buenas, tantas como podamos. 
Se pueden hacer diversas clasificaciones, doy como ejemplo las siguientes, siempre en menciones parciales y como se observará muchos  valores pueden estar en varias de las clasificaciones, pero solo he procurado mencionarlos en una sola para evitar múltiples repeticiones. Pues  se sobrentiende su relación .
Nos podemos plantear en primer término lo que se debe de entender por valor, en este caso “valores humanos”: Son cualidades,  virtudes, características,  de signo positivo que se dan en la conformación de la personalidad de cada uno de nosotros. Son aquello que deseamos que estén comprendidos en nuestro comportamiento, que se apliquen en los casos en que son requeridos, siendo estos casos, en ocasiones, de una constancia existencial sorprendente, como el de la educación, las buenas maneras, etc., para las personas de buena voluntad,  los valores son algo en lo que creemos, sabemos que son buenos intrínsecamente, procuramos esmerarnos en su cumplimiento, sabemos que nos hacen mas personas, mas humanos. Nos interesa formarnos en ellos, en su práctica, en su cumplimiento y muy importante es el introducir a los menores en su enseñanza, recordando que es con el ejemplo con lo que mas y mejor enseñamos a las nuevas generaciones.
Se observará que no hemos hecho una clasificación de “valores morales”, pues estos se diseminan en todas las mencionadas aquí. Hay también quien da mucha importancia a una orden de prioridades, en materia de valores, lo que no está mal, ni mucho menos, pero yo pienso que, en todo caso, priorizarlos es necesario en los casos de dificultad de su realización personal, o en caso de darles, por nuestro tipo de existencia,  una necesidad especial. Pero la realidad es que en tanto sistema, debemos tratar de vivirlos todos, siempre y en todas nuestras acciones. Otro aspecto es el de que para mejor entender los valores, repito, algunos hay que calificarlos, así se distinguen y se entienden claramente. Conviene tomar en cuenta, que las personas que intentamos en nuestras vidas la praxis de los valores, no es que nos distingamos por ser mejores que los otros, sino porque somos, en todo caso, mas responsables, mas humanos, lo que no es poco. A continuación se dan solo a forma de ejemplo, unas clasificaciones a priori:

VALORES RELIGIOSOS: amor a Dios y a sus criaturas, deseo de salvación, caridad a Él y sus criaturas, piedad, devoción, oración en sus diversas formas, como meditación, rezo, hablar con Dios, adoración, mortificación (que es oración de los sentidos), apostolado, perdonar, agradecer, tener misericordia, intolerancia, arrepentimiento, castidad y pureza, intransigencia,

VALORES FAMILIARES: amor conyugal, amor a los hijos, educación de la prole, ejemplo de vida, responsabilidad, orden, higiene, cooperación, amor fraternal, intimidad, sentimiento, enamorarse, preocuparse, armonía, abnegación, generosidad,

VALORES SOCIALES: buen trato a los demás, ser ciudadano ejemplar, amistad, buenos modales, amabilidad, sonreír, respeto, subsidiar, ser solidario, estudio, motivación, perfeccionarse, cumplir, comprensión, concordia, tolerancia, paz, cortesía, convivencia, coexistencia, colaboración, subsidiaridad y solidaridad,  

VALORES ETICOS;  honradez, veracidad, diligencia, justicia, empatía, discernimiento, logros, convencer, valorar, equidad, autodominio,

VALORES PERSONALES: sosiego, serenidad, compañerismo, calma, esfuerzo, humildad, experiencia, humanismo, cercanía, descubrir, sencillez, altruismo, inteligencia, cultura, confianza, superación,  

VALORES EN LA ENFERMEDAD, peligro, urgencia, valentía, disciplina, priorizar, actuar, ayudar, sumisión, cooperación, bondad, conmoverse, reaccionar, darse, ser comprensivo, considerar, vencer, ingeniarse,

VALORES SOBRENATURALES, si abrimos esta clasificación con los valores religiosos,  la cerramos con los valores que están sobre todos los humanos, naturales, son  sobrenaturales:  La santificación de la vida ordinaria, la filiación divina, el acercarse a los Sacramentos, el tratar de ser perfectos, la imitación de Jesucristo, el ser y mantenerse templos del Espíritu Santo, ser santos como Dios es Santo.
Como se comprende estas listas pueden irse aumentando, pero para el caso creo que bastan, al dar la idea que se pretende.

EL MAL.
Armonizar a un Dios bueno con el mal es algo que no es de fácil explicación y es de mucho mas difícil entendimiento, ¿cómo comprender a Dios como providente, ejemplo de todas las virtudes, las  mas sublimes, la belleza, la bondad, la inteligencia, la sabiduría, etc.  todas en grado inconmensurable, creador de todas las maravillas, que conocemos y las que sabemos que existen aunque no las conozcamos, y que ¡dentro de toda esa maravilla, exista mal?.  
Continuamos con las enseñanzas de los grandes pensadores, teólogos , filósofos de la cristiandad, que nos dan explicaciones. Y recurrimos a explicaciones científicas que son conocidas en forma generalizada. Lo primero que conviene dilucidar es que hay mal físico y mal moral.  Como ejemplos de males físicos tenemos: temblor, o terremoto, maremoto o tsunami, como se le quiera llamar son movimientos telúricos, que son necesarios para que este planeta sea habitable, las exhalaciones volcánicas, las erupciones no pueden dejar de darse, los movimientos de las placas tectónicas, la estructura de nuestro cosmos las hace naturalmente necesarias, y cuestiones parecidas se dan en los movimientos de aguas que conocemos como inundaciones de varios tipos, o cambios de las temperaturas tanto de intensos fríos como de calores muy difíciles de soportar, y todo ello se convierte en mal para ciertas  comunidades humanas. Pero en esto lo que tenemos que observar, antes que nada, es que se trata de mal que existe en el bien.
 El odio, la inmoralidad, el desprecio, la soberbia, la avaricia, la pereza, son males que podemos catalogar como espirituales. Otro aspecto es que un mal físico pude ser mal moral y viceversa. Ej. El crimen.
Por otro lado se nos enseña que el mal no es una esencia o substancia sino mas bien es una ausencia, o carencia, como se comenta mas adelante. El mal no tiene causalidad propia, menciono algunos:
 MALES MORALES: frustración, desesperación, deshonestidad, desagradecimiento, Intransigencia, irresponsabilidad, arrogancia, odio, desigualdad, pereza, guerra, traición, corrupción, deshumanización,
MALES FÍSICOS y psicológicos: enfermedades,  depresión,  locura,
Ahora vamos a tratar de dilucidar algo en esa dicotomía que se da entre el bien y el mal. Permítanme recordarles que este es un problema de hace muchos siglos, que se ha tratado por las mentes mas preclaras de la humanidad, y no se tiene una solución perfecta que deje a todos contentos. Para empezar me gustaría recordarles esta frase inmortal de platón: “Debemos buscar para nuestros males otra causa que no sea Dios”.
El mal nos ha acompañado históricamente a los hombres siempre, desde nuestros primeros padres y su descendencia inmediata, como es bien sabido. ¿Existe el mal?, si es innegable, pero tiene ciertos aspectos no muy frecuentemente comentados como el de la carencia, que enseña Santo Tomás, doy unos ejemplos:
La enfermedad es carencia de salud.
La pobreza es carencia de recursos.
La estulticia es carencia de razonamiento adecuado.
La fealdad es carencia de belleza.
El frio es carencia de calor. Y viceversa.
La ignorancia es carencia de cultura.
Vulgaridad, ausencia de educación.
Mentira o equivocación carencia de la verdad.
Odio, físico y espiritual, como falta de amor o misericordia.
Infidelidad, que es la falta de fe.
El Pecado, (considerado el único mal absoluto) desobediencia a la divina voluntad.
Esto ya descalifica a algunos supuestos males que en realidad no lo son, lo parecen, pero no son males en sí, sino que son situaciones causadas por agentes externos, su carencia o su exceso, pensemos en una inundación, es causada por un desorden en ocasiones muy lejano al lugar que la sufre. O en un movimiento telúrico que afecta las viviendas de una población, es algo grave, mas no es un mal del sitio, es ajeno.
Todos somos sujetos del mal, los hay graves, leves, duraderos, cortos, fatales, sutiles, intensos, ahora mismo nuestro planeta está empezando a sufrir una pandemia llamada Coronavirus, hay males que se sabe que vienen, otros nos sobresaltan,  entre las naciones las guerras tienen una frecuencia que nadie quisiera. Un hombre le puede causar un mal a otro o a muchos, lo mismo podemos decir de las naciones, hay males que provocamos y males que padecemos, lo que éticamente, puede ser calificado como problema, y por supuesto digno de solución.
Para San Agustín la cuestión del mal fue muy importante, y tuvo arrepentimiento profundo de cosas que realizó, con conciencia de que eran malas, tomemos una frase suya de sus Confesiones. “Busqué entonces qué era la maldad, y no hallé que fuese sustancia alguna, sino desorden de la voluntad”,  para él, radica el mal en la voluntad del hombre, en su indolencia.
La Iglesia nos menciona y con toda razón dos desencadenantes del mal, el primero es Lucifer, el ángel caído, y el otro es el pecado de Adán y Eva.. Cada quien deberá de llegar a sus propias conclusiones sobre estos hechos.
El mal moral es aquel que podemos realizar en contra de nosotros mismos o de los demás, consiste en dolor y/o  sufrimiento, se generan en el hecho de nuestra libertad, la cual llega a grados de corrupción física o moral graves. Se define por su intencionalidad,  perversidad, y puede ser casual, inconsciente. Pero radica siempre  en el libre albedrío. Puede ser mal físico o moral y generar: sufrimiento, dolor, tristeza.
Dios es causa de todo pero debemos de tomar en consideración, precisamente que hay causas directas, el hombre las asume, y hay causas remotas, Dios es causa remota, en el caso de lo que el hombre causa directamente, en buen o mal uso de su libertad.
 Podemos observar en la naturaleza la regeneración, fuera del caso de las causas humanas, la naturaleza tiende a regenerarse sola, ejemplo de los incendios naturales, las floras y faunas afectadas tienden solas a regenerarse, y alcanzan su equilibrio natural.
Dios es causa directa del ser humano, pero es el hombre la causa directa de sus actos, de sus defectos, aquí podemos contrastar el verdadero bien, los valores humanos, con nuestros males, los que Dios permite,  porque no nos quita la libertad, se nos dice, en especial a través de su Hijo, Jesucristo, Segunda Persona de Santísima Trinidad Dios hecho hombre, en su maravillosa Doctrina, llena de enseñanzas, cual es su voluntad en cuanto al libre actuar del ser humano, el que encuentra su plena realización precisamente en el cumplimiento de su Divina Voluntad, además dándonos la oportunidad de ser perdonados en los incumplimientos de ello. El tener valores se finca precisamente en el cumplimiento de dicha Voluntad Divina, y en tanto seres llenos de imperfecciones, su amor nos proporciona los dones de Fe y razón. Bien visto esto nos lleva a un agradecimiento tal que nada respetamos mas en este mundo que esas enseñanzas reveladas que el Magisterio de la Iglesia administra, enseña, y cuida, auxiliado por el Espíritu Santo, para la perfecta interpretación de todo lo revelado.
Las revoluciones culturales van y vienen, reinan y caen, pero las enseñanzas reveladas son perenes, y leen los signos de los tiempos, para darles la interpretación que corresponde, sin apartarse un ápice de la Doctrina Cristina, y así será hasta el fin de los tiempos.
Jorge Casas y Sánchez.

jueves, 5 de marzo de 2020

VIRTUE OF CHARITY. In our human communication.


VIRTUE OF CHARITY, IN OUR LANGUAGE.
Lets start defining concepts Charity is not just giving a few  coins to the poor beggers, or when we     go to Mass, or filantrophy, both being very good humanitarian acts, that speak very well of whom do it. But they are acts of charity.
Charity is the overnatural love of God , and from it, the love of all human creatures. This is what distinguishes us catholics and what allow us to achive more perfection.
Charity is operative it is a deep act, not vane love, it is oriented to God. as the mother lives for its baby due to her love, similary we have to love God, as simple creatures love to our Creator,   and we will observe that out acts are motivated. Living the virtue of Charity intensifies our filiaton to God, intensifies our life  and behavior as what we are, sons of God.
This implys our way of speaking, we should do an introspection excercise  and ask ouselves: am I murmuring, or criticizing?, am I spreading rumors?, if so we migth be doing wrong and agaist charity, we should stay in our way of speaking as diciples of Christ, that tells us: “if you stay in my Word, you are in truth, my diciples and you will know the truth, and this verity will make you free. Our dialogue with God should be permanent, and this carries us to be prudent in our speaking, with and of the others. With God we do not need words, and with the others there are silences that express a lot.
When we talk, we not only transmit a message, in certain way we give ourselves. Our speaking talks of us, this is why we should do it  in a charitable way. Our talking must be always sincere, never untruth. Lying is the language of the hypocrites, is it not truth, that we want to be always authentic?, the falsehood undermines our social relations, it is attentive against the right of the others to know the actual, the truth. Who lies loves himself disorderly seeks to fool others and imply them in the false. Enough with what has been said, to be able to understand the enslaving connotation, for those who think that it is just to speak bad of whom deserves it. Pope Francicus tells us; “go, and pray for him (her)”.
Lets ask ourselves; am I motive of división in my environment, do I make comentaries or spread rumors? If so it drives to nothing good, and it migth  hurt someone inocent. Somebody said that the lies that we say are not just words that the wind will blow away, that they are something thay corrodes our inside.
Jesus Christ  prises Nicodemus when he said that in him there is not duplicity. And He teaches us, “your way of speaking must be yes, yes; no,no. What exede this comes from the evil one”. 
In the new Catechism of the Catholic Church the 2464 parograph says:
2464 The eighth commandment forbids misrepresenting the truth in our relations with others. This moral prescription flows from the vocation of the holy people to bear witness to their God who is the truth and wills the truth. Offenses against the truth express by word or deed a refusal to commit oneself to moral uprightness: they are fundamental infidelities to God and, in this sense, they undermine the foundations of the covenant. 
And parograph 2465 I. Living in the Truth 2465 The Old Testament attests that God is the source of all truth. His Word is truth. His Law is truth. His "faithfulness endures to all generations."254 Since God is "true," the members of his people are called to live in the truth.   
This takes us again to consider  that what is proper of the good catholic person is to deep in the truth in all its aspects concerned . For us the truth must be tireless search, all our life. Definitely we exercise the virtue of Charity if we do not talk about any thing of wich we are not sure that it is true. The good Christian does not have superior advantages, over the others, but higher responsabilities.                                     
We do not know how much bad can be done to any one by murmuring, even when it seems to be of minimum importance, its reach can be inimaginable, We cannot express properly with insults, the good use of language is appropiate, and it can be as hard as needeed. For example masked expressions like “interruption of pregnancy”,  can be expressed as criminal action, this is hard language, but truth in its real dimensión, and it is said with apropiate words.
It is convinient that that we consider that it is not enough, that an ítem is true, so as to be spread without consideration, we must live the fraternal love whe comunicating  things that are serious, we should try to convince with our arguments, properly presented, remembering that it is necessary to rectify when we have said somethingbthat needs to be clarified, due to not having been absolutly close to the truth or reality, shape or background.
Even information that is true must be spread with prudence and discretion, this will be more effective  that doing it as spread of rumor, specially in this times in wich the envoriment if full of rumors. Our supernatural sense in this field, will produce better results.
The truth that make us free does not simply consists  in the possession or transmisión of statements and news, about the actual things, it must bring us peace, not just respond to violence with violence, since there will be moments in wich we must look for ways to figth lies, and then the reconciliation language will have to be used , not giving any space to the untruth.
Jorge Casas y Sánchez.
jorgecasasysanchez@gmail.com